Turismo

La diversificación como modelo de futuro

La industria turística se postula como uno de los ejes en el modelo económico de futuro de las comarcas de Castellón. El sector se ha afianzado en la segunda década del siglo XXI.

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Entre el 11-13% del PIB de la provincia

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Emplea al 10% de la población ocupada

Son los resultados de una actividad que inició su expansión en los años sesenta y setenta y que tiene su punto de referencia en los complejos residenciales y hoteleros ubicados junto a los balnearios de la Vilavella, Benassal o Catí a finales del siglo XIX y en las villas de Benicàssim de principios del XX. Una tradición turística que se ha mantenido constante hasta la actualidad.

Un sector que evoluciona

El carácter residencial y familiar del turismo que visita cada año las comarcas castellonenses se mantiene como hegemónico aunque el sector ha evolucionado en sus ofertas y propuestas turísticas.

Tipo de alojamiento preferido

60% vivienda propia / alquilada / casa de amigos

25% estancia en hoteles

123.717 plazas de alojamiento

Repartidas entre hoteles, hostales, pensiones, campings, casas rurales, albergues y apartamentos.

Récord de visitantes en 2019

4,4 Millones / 481.000 extranjeros

Riqueza patrimonial y medioambiental

El destino de sol y playa es el preferido por los turistas que apuestan por Castellón para pasar sus vacaciones o días de descanso. Así, es en el litoral, que cuenta con una media de más de 30 banderas azules anuales otorgadas por la Fundación Europea de Educación Ambiental, donde se asienta el mayor número de alojamientos, mientras en el interior de la provincia la oferta de plazas turísticas alcanza las 12.800. El turismo rural o de montaña se ha convertido, precisamente, en uno de los atractivos de la provincia gracias al potencial medioambiental y cultural que ofrecen los diferentes territorios.

30 banderas azules

Otorgadas por la Fundación Europea de Educación Ambiental

Interés natural y patrimonial

Parques naturales

  • Penyagolosa,
  • La Serra d’Irta,
  • La Serra d’Espadà,
  • El Desert de Les Palmes
  • Illes Columbretes
  • Cabanes-Torreblanca
  • La Tinença de Benifassà

Existen, además, diversos puntos de interés patrimonial como las pinturas rupestres de arte levantino de los abrigos del barranc de la Valltorta, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y que tienen su punto de encuentro en el Museu de Arte Rupestre de Tirig, o las localidades de Morella, Culla o Segorbe.

Aeropuerto y festivales

La puesta en marcha de las instalaciones aeroportuarias ha supuesto un impulso a la llegada de turistas extranjeros a la provincia. En 2017 Castellón recibió más de 615.000 turistas foráneos y en 2018 más del 28% de los viajeros internacionales ya llegó a través del aeropuerto de Vilanova d’Alcolea. Una infraestructura que en los últimos años ha abierto rutas con Londres, Bucarest, Katowice, Budapest y Viena.

La llegada de británicos, fieles a su cita anual con el Festival Internacional de Benicàssim (FIB), ha sido una de las razones de la rápida aceptación del aeródromo por parte de los turistas.
Este evento musical es una de las apuestas comerciales del verano y, en concreto, del llamado turismo de festivales, que comparte protagonismo con el Arenal Sound de Borriana, el Rototom o el Festival de Jazz de Peníscola, que con más de 500.000 asistentes entre los cuatro eventos, se han convertido en instrumentos dinamizadores del verano castellonense y creadores de marca.

La oferta musical es una apuesta del sector por la diversificación que atrae a un público más joven y amplía el perfil del visitante que llega al territorio. Esta se complementa con las propuestas de turismo deportivo (maratón de Castellón), de aventura (más de 60 empresas de turismo activo), cultural (más de 90 museos en la provincia, patrimonio arquitectónico), de salud, de cruceros o el turismo gastronómico (2 restaurantes estrella Michelin) para desestacionalizar un sector en el que más del 65% de visitantes viene en busca del sol y playa.

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